DIARIO DE UNA SUPERVIVIENTE | Día 4 |

DÍA 4
 
Mi nombre es Ari o al menos es como me gustaba que me llamaran aunque para mi familia soy Ariadna. Empiezo a escribir este diario con la esperanza de que alguien lo lea algún día y para no perder la cabeza.
 
Este es el cuarto día desde que desperté en el centro de salud de mi barrio con una vía puesta, sin ropa, tan solo con el batín reglamentario y la puerta de la sala bloqueada.
Han sido cuatro días completamente sola, algo que solo pasa en las series o las películas y que me está costando asimilar, aún no lo creo.
 
Al principio pensaba que había sufrido algún desmayo o algún accidente y me encontraba en el hospital pero cuando logré salir de la habitación y vi que todo el centro de tres plantas estaba vacío, revuelto, con ventanas rotas y cadáveres apilados en consultas médicas a modo de morgues cundió el pánico en mí.
 
Sin teléfono, con solo un batín de hospital abierto por la espalda de pies a cabeza, descalza y la calle nevada solo pensaba en salir corriendo de allí e ir a buscar a mi familia a mi casa. Se me pasó por la cabeza coger algo de ropa o calzado a algún cuerpo de los que estaban apilados pero me daba entre asco y pena, no sabía qué narices había ocurrido.
Logré salir a la calle ayudada por el típico perchero donde cuelgan los botecitos de medicamento que ponen boca abajo para introducírtelos por la vía que te ponen, nunca supe cómo se llamaba eso, yo soy de letras y estas cosas me dan grima.
 
A golpes me abrí camino para quitar todos los bancos de asientos que cruzaban los pasillos y romper los cristales de las puertas bloqueadas.
En la calle las aceras y la carretera está completamente nevada, me percaté que no había pisadas pero sí rodadas relativamente recientes de coches. Estaba tremendamente asustada, grité dentro y fuera del edificio, lloré, pegué golpes e hiperventilé con la esperanza de que alguien viniera a mi ayuda pero todo intento no sirvió de nada.
 
Tenía los pies rojos del frío y estaba tiritando con una mezcla de frío y miedo así que para entrar en calor fui dentro y así también buscar una fuente de agua, me moría de sed. Esperaba que una vez medio caliente y saciando esa sed podría pensar con algo de claridad.
Encontré una fuente y funcionaba, por fin algo de suerte porque las máquinas de vending estaban vacías o reventadas por alguien que seguramente estuvo en mi misma situación o quizás peor. Según estaba bebiendo cual náufrago a la deriva a mi derecha había un casco blanco de moto, un casco de esos integrales que nunca había usado en mi vida, soy más de integral. Soy motera pero nunca he pasado de 125cc, en mi casa tengo una Honda NSR 125cc de 2 tiempos que restauré con mi padre, adoro esa moto.
 
El casco, con bastantes rasguños parecía haberse usado por algún repartidor… salí corriendo a la calle para ver si encontraba la moto de su dueño en la calle y ahí estaba, no era de repartidor, era una Yamaha FJ1200 de color gris, ya muy antigua que, pensándolo bien, el casco que tengo en la mano le va que ni al pelo. Lógicamente las llaves no están en el contacto, sería demasiada suerte así pues me fui directamente a la sala donde estaba la fuente de agua. De la primera consulta, la del doctor Monte Pinos según rezaba el cartel de la puerta, salía un hedor propio de una morgue. Bueno en realidad nunca he estado en ninguna, pero debe ser así porque estaba llena de cadáveres apilados en camillas y al fondo también en el suelo.
Con las manos tapándome la nariz y la boca intenté buscar a alguna persona con vestimenta motera, si la encontraba quizás fuera el dueño de esa moto y podría tener la llave en algún bolsillo.
 
Me daba mucho asco y miedo, todo esto tiene pinta de virus pululando por las paredes así que entraba y salía de la misma sala varias veces para coger aire. No había nada, estaba desesperada y con ganas de llorar. La última vez que salía vi un perchero que juraría que antes no estaba ahí, al lado de la puerta. Había muchos abrigos y entre ellos una chaqueta de moto, ajada por el uso de color rojo y blanco que llama la atención. En uno de sus bolsillos estaban las llaves. Ahora vamos a tomar por culo de aquí, pero ya.
La Yamaha no arrancaba, a saber los días que llevaba ahí parada con este frío… Me costó dios y ayuda empujar esa moto entre la nieve y descalza para arrancarla a capón, seguramente tardé más de media hora pero lo logré y conseguí llegar hasta casa sin cruzarme con nadie, ni vehículos ni personas… la calle estaba desolada y mi casa abierta, me temía lo peor pero no había nadie dentro ni tampoco atisbo de que hubiera ocurrido nada. Simplemente la puerta se encontraba abierta. Grité para encontrar a alguien pero no había nadie, también busqué alguna nota pero tampoco hubo suerte. Mi madre siempre me dejaba notas hasta cuando se iba 5 minutos fuera pero ahora no había nada. Sin embargo la nevera estaba llena. Estaba muerta de hambre y comí como si fuera mi último día en la tierra, tampoco sabía en qué día estaba así que si había algo caducado ya me enteraría dentro de un rato…
 
No sabía qué hacer y tampoco lo sé ahora mismo, este es el cuarto día que estoy encerrada en mi casa, haciendo pequeñas incursiones por el vecindario en busca de alguien vivo pero aquí no hay ni muertos ni vivos, no hay absolutamente nadie.
He hecho acopio de víveres de lo que me he ido encontrando en las casas vecinas, vacías como decía y por fin me pude vestir y estar al menos caliente. De momento hay agua corriente y electricidad aunque intento no encender luces, aún no sé qué narices está ocurriendo. He encontrado periódicos en los que se habla de una especie de plaga y emergencia social pero nada relevante que nos haya llevado hasta este punto. De todos los periódicos que he ido juntando las noticias sobre este tema van desde agosto de 2030 hasta octubre de este mismo año, algo que me preocupa porque mi último recuerdo consciente es de mi cumpleaños, que es el 2 de septiembre, por lo que seguramente llevara inconsciente más de un mes. Aún no sé en qué fecha estoy ni qué me pasó y por qué soy la única persona viva en kilómetros a la redonda pero si las últimas noticias que encuentro son de octubre y ahora estamos en pleno invierno seguramente estemos en diciembre o febrero de 2031, si tuviera internet sería todo más fácil.
 
De momento he guardado la FJ en mi garaje, no hay rastro de mi NSR, quiero pensar porque mi familia haya huido de aquí con el coche y la moto. No estoy haciendo excursiones lejos primero porque aún me encuentro débil y segundo porque necesito hacer acopio de más gasolina. De momento le he colocado con pulpos dos maletas pequeñas de viaje para irme preparando para hacer excursiones más largas o directamente salir de aquí, si no hay nadie en todo el vecindario y no hay muchos víveres quiere decir que por alguna razón la gente huyó y tiene poco sentido quedarme mucho más tiempo. De momento esperaré a hacer acopio de más cosas y esperar a que algo pase en los próximos días aunque dudo que mi familia vaya a venir, si es que está viva, que espero que así sea.
 
Seguiré escribiendo los próximos días si ocurre algo interesante.
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Publicado por Joel Martín

Fotógrafo, escritor y motero viajero por el mundo.

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