Cuando llevamos un tiempo conduciendo nos vamos quedando con manías y vicios que nos facilitan el día a día o bien nos resulta cómodo pero debemos saber que muchas de estas acortan la vida de nuestro coche. Recopilamos algunas de ellas que nos facilita Ro-Des
1.- Olvidar comprobar la presión de los neumáticos:
Los neumáticos son el punto de contacto directo entre nuestro vehículo y el asfalto, por lo que resulta esencial que se encuentren siempre en buen estado. No revisar periódicamente la presión de los neumáticos puede provocar un desgaste irregular y prematuro de los mismos, que en ocasiones pude incluso ser el causante de un reventón o en el peor de los casos, de un accidente.
Por ello, debes revisar al menos una vez al mes tanto el estado, como la presión de los neumáticos de tu coche.
2.- Acelerar en exceso con el motor frío:
Cuando se pone en marcha el motor, éste precisa de algunos segundos para que el aceite llegue al circuito ya que al estar el motor frío la mayoría del aceite se encuentra todavía en el cárter. Una vez el motor ha adquirido temperatura y por tanto, una mejor lubricación, su funcionamiento es mucho más óptimo.
Por tanto, es aconsejable evitar los acelerones cuando el motor está frío y acabamos de arrancar el coche. También se puede esperar, antes de iniciar la marcha, uno o dos minutos hasta que el coche coja temperatura y acelerar de manera progresiva sin exceder las 2.700 revoluciones en el caso de vehículos diésel o de las 3.500 en motores gasolina.
3.- Dejar el pie apoyado en el embrague:
Ésta es una costumbre muy mala que suele adquirirse, sobre todo, cuando el conductor es novel. Sin embargo, sabiéndolo es fácil modificar este hábito que provoca un mayor desgaste del embrague y de todos los componentes asociados al mismo.
4.- Abusar de los frenos durante los descensos:
Si queremos evitar el desgaste prematuro del sistema de frenos y de los elementos que componen el mismo, hay que evitar abusar de los frenos durante un largo periodo de tiempo y principalmente en descensos prolongados y pronunciados. Es mucho mejor reducir las marchas en el cambio y dejar que actúe el freno motor.
5.- Parar el motor de golpe después de un viaje:
Cuando viajamos con nuestro vehículo y lo sometemos a un esfuerzo extra, debemos tener cuidado sobre todo con los vehículos que incorporan turbo ya que este elemento tiende a alcanzar altas temperaturas. Por ello es recomendable dejarlo reposar unos minutos antes de apagar el vehículo ya que así, el sistema de circulación de aceite y el sistema de refrigeración enfriarán el turbo reduciendo el riesgo de avería hasta en un 90%.
6.- Circular siempre a bajas revoluciones:
En muchos casos se asocia la conducción a altas revoluciones con un mayor consumo de combustible y aunque no es una idea equivocada, tampoco debe seguirse a rajatabla o de una manera continuada. Circular frecuentemente a bajas revoluciones puede producir acumulaciones de carbonilla que terminarían afectando a elementos como la EGR, el catalizador o el filtro de partículas.
Lo ideal es circular a un régimen de revoluciones que permita una buena respuesta del motor cuando pisamos el pedal de acelerador. Si con frecuencia se percibe que al coche “le pesa el culo” es porque la conducción no es del todo adecuada.
7.- Conducir con el coche en reserva de forma habitual:
Actualmente muchos vehículos cuentan con inyección electrónica de combustible y la bomba se encuentra sumergida dentro del depósito, lo que permite la refrigeración de la misma. Por tanto, circular frecuentemente con un nivel de combustible bajo puede provocar que la bomba sufra recalentamientos y por tanto averías que perjudicarán su funcionamiento e incluso podrían dejarla inutilizable.
Es recomendable no apurar el combustible del depósito y conducir durante el menor tiempo posible con el coche en reserva.
8.- Apoyar la mano frecuentemente en la palanca de cambios:
Dejar la mano apoyada en la palanca de cambios mientras circulamos, es también uno de los vicios más habituales entre los conductores. Se realiza de manera casi inconsciente y puede provocar también un desgaste prematuro de la caja de cambios, pues se está ejerciendo una presión continua sobre los mecanismos de la misma que a largo plazo pueden provocar vibraciones y holguras.
9.- Pasar a demasiada velocidad por encima de un badén:
Pasar con una velocidad inadecuada por encima de un badén puede llevar a reventar una rueda o incluso a causar desperfectos en las llantas y provocar problemas en la suspensión del vehículo. Para evitarlo, se aconseja respetar los límites de velocidad establecidos en la vía y frenar ligeramente antes de sobrepasar cualquier badén.
10.- Aparcar dejando alguna de las ruedas encima del bordillo:
Esta acción puede afectar también a los neumáticos y suspensión del vehículo, ya que el peso del vehículo no se distribuye de manera regular en los puntos de apoyo del mismo. Esto puede provocar deformaciones en los neumáticos o incluso llegar a desequilibrar la suspensión y dañar los rodamientos.
11.- Utilizar la dirección con el vehículo parado:
Si los neumáticos son anchos o se trata de un coche pesado y de dirección rápida, se desgastará la cremallera de la dirección, con lo que sufrirá holguras que resultarán peligrosas a altas velocidades y con viento lateral. En automóviles con dirección asistida el problema es menor, aunque nunca se debe girar el volante hasta su límite. De esta forma se estará forzando el mecanismo y es fácil que termine por estropearse.
12.- Empujar un coche automático o circular en punto muerto:
Nunca se debe empujar un coche automático ni circular en punto muerto con el mismo ya que este tipo de acciones tienen consecuencias fatales sobre la caja de cambios.