Si en Italia fue Rosberg quien tuvo que abandonar, en Singapur ha sido el líder del mundial Lewis Hamilton quien no ha podido acabar la carrera. Desde el viernes los Mercedes han tenido problemas y han visto como los Ferrari y los Red Bull estaban un paso por delante de ellos. Y así se vio reflejado en el resultado final, con una victoria de Vettel, seguido por Ricciardo y Raikkonen.
En un Gran Premio en el que no estaba Roberto Merhi, tuvimos una cara y una cruz con los pilotos españoles. La cruz, por enésima vez esta temporada fue para Fernando Alonso. El piloto de McLaren abandonó a mitad de carrera por un problema en la caja de cambios. Hasta ese momento estaba haciendo una buena carrera estando en la zona de puntos. En un circuito propicio, tenía todos los papeles para coger algún punto, pero ya se sabe que la fiabilidad de su monoplaza no es su punto fuerte. El español terminó abandonando al igual que su compañero Button. Me sorprende las declaraciones de Fernando carrera tras carrera, muy conformista siempre y asumiendo lo que hay. A veces echo de menos ese Alonso con ganas inmensas de ganar e inconformista con los malos resultados.
La cara ha sido sin lugar a dudas Carlos Sainz. Por fin hemos podido verle luchar en pista con un Toro Rosso que volaba a final de carrera. Bonita disputa hemos visto con Verstappen, que con sus 17 años tiene un futuro muy prometedor. Al final, ya que Carlos tenía mejor ritmo, el equipo ha pedido a Max que le dejara pasar, a lo que el belga se ha negado. Gran enfado tenía el español que ha reconocido que le ha dejado pasar en otras 3 carreras por esa misma razón. Con lo joven que es, parece que Verstappen tiene las cosas muy claras.
La anécdota del GP ha sido ver un aficionado por la pista haciendo fotos a los pilotos, ya que según él, quería hacer fotos de más cerca. Un peligro para pilotos y él mismo, que la FIA debería investigar para que no vuelva a pasar.